jueves, 6 de octubre de 2016

Ecolalia

Ecolalia



En esta entrada conoceremos un poco sobre la ecolalia, un trastorno del lenguaje que consiste en la repetición involuntaria e inconsciente de palabras, frases, e incluso conversaciones, diálogos o canciones, que el paciente ecolálico haya escuchado, ya sea en personas cercanas, la radio o la televisión.


El origen de esta perturbación del habla se encuentra en otra patología mayor, siendo la ecolalia un síntoma de otras enfermedades como los Trastornos del Espectro Autista (TEA), el síndrome de Tourette, la afasia, la esquizofrenia, la demencia, la epilepsia, una lesión cerebral, etc.


Los seres humanos aprendemos a hablar por imitación repitiendo lo que escuchamos en nuestro entorno, pero si un niño a partir de los 30 meses de edad, de media, sigue manteniendo esta pauta es necesario consultar con un especialista del lenguaje como el logopeda, para descartar que lo que se están produciendo son ecolalias, ya que pasados los tres años se considera una patología.



En consecuencia, el diagnóstico de la ecolalia siempre va a asociado a las enfermedades citadas anteriormente y, en ausencia de éstas, cuando un niños de más de tres años mantiene este tipo de repeticiones puede ser un simple retraso del lenguaje.


Es importante tener en cuenta que el niño o adulto ecolálico realmente no está entendiendo nada de lo que repite, y no se da cuenta de que lo está haciendo, por lo que no debemos regañarles por su conducta. Estas repeticiones no son intencionadas, y no pretenden molestar o interrumpir, sino que surgen de manera espontánea, aunque se encuentren totalmente fuera de contexto.



El niño o adulto ecolálico procesa el lenguaje de manera diferente, no analiza las palabras individualmente, sino que analiza la totalidad del lenguaje, el conjunto de palabras que ha escuchado, lo que le requiere un mayor esfuerzo para analizar y llegar a comprender lo que ha escuchado.

La ecolalia es un trastorno que no tiene cura, pero sí se puede trabajar para que se reduzca el número de repeticiones y la intensidad de las mismas, así como para lograr una mejor comunicación con los afectados, ya sean niños o adultos.